diciembre 03 2024
Luis XIV, hijo de Luis XIII y de Ana de Austria conocido también como el Rey Sol, dejó una profunda huella ya que bajo su reinado Francia ocupó un lugar predominante y fue admirada y temida por toda Europa.
Su padre murió en 1643, cuando el Delfín no tenía aún cinco años y su madre, Ana de Austria, confió su educación al Cardenal Mazarino.
Al morir Mazarino, Luis asumió plenamente el poder y el reino de Francia se convirtió en una monarquía absoluta. El rey se consideraba el representante de Dios en la tierra y por lo tanto dueño del poder total: L’État, c’est moi.
En 1682, estableció la corte y el gobierno en el palacio de Versalles y lo convirtió en el centro de poder de Francia.
En su reinado hubo largas guerras y se agudizó nuevamente la intolerancia religiosa pero, además, fue una época en la que floreció el arte y la cultura con la filosofía de la Ilustración representada por Moliere, Voltaire, Diderot y muchos más.
El Rey Sol, presionado por el clero, se vio obligado a revocar en 1685 el Edicto de Nantes, promulgado por Enrique IV, que había permitido una relativa paz entre católicos y protestantes. Al derogarse el Edicto los súbditos fueron obligados a adoptar la religión católica del rey.
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