Sábado 22 de abril 2023 / 15:00 a 21:00 horas
Parque Bicentenario, alt. Cepal
Entrada liberada
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¡Vitacura vuelve a celebrar el Día Internacional del Jazz! Y esta vez, por adelantado y apoyados por la UNESCO. Vive la previa de esta fecha en Pleno Parque Bicentenario, donde te brindaremos seis horas continuas de música en vivo, de la mano de grandes exponentes nacionales del ritmo de Nueva Orleans.
En 1994 Gerhard Mornhinweg emplazó en Conchalí, Santiago de Chile su espacio para formar lo que en primera instancia sería una banda de desfile. Su método para reclutar músicos fue muy simple: se presentó en colegios de la comuna y con un par de instrumentos (no en el mejor estado, por cierto) convocó a adolescentes y a niños a tocar en sesiones dirigidas. Para entonces ya contaba con la participación del saxofonista Carmelo Bustos (de la histórica Orquesta Huambaly y activo formador de vientos) y del guitarrista de La Pincoyazz Jorge W. González. Éste fue parte del primer staff de profesores de niños de entre 12 y 18 años que nunca antes hubieron tomado instrumentos de viento en sus manos, ni menos conocido el lenguaje musical del jazz, la música en bloque y la improvisación a la que llegaron más tarde tras años de entrenamiento.
En sus segundos cinco años de acción la orquesta adolescente lograría mayor atención del medio. En 2001 efectuó una gira por Europa y en 2004 su historia llegó al documental Un viaje interior (del realizador Ricardo Carrasco). Pero fue en 2007 cuando alcanzó uno de sus máximos hitos al presentarse en conciertos al aire libre junto con la cantante chilena Claudia Acuña y su cuarteto neoyorquino en uno de los epicentros urbanos de la propia Conchalí: Avenida Dorsal e Independencia.
Entre sus colaboraciones con voces solistas también figuran en su historia actuaciones junto a Humberto Lozán (legendario crooner de la Orquesta Huambaly), Rodrigo González, Gabriela Ernst y una serie de conciertos con Marcela Mahaluf, cantante y compositora que escribió material especialmente para la Conchalí Big Band. Desde sus filas aparecieron dos primeras generaciones de solistas con distinta proyección formadas por los profesores Mornhinweg, Bustos, González y el incorporado pianista Américo Olivari. La orquesta debutó en el disco con Swinging Christmas (2007), grabación en la que aparecía las voces invitadas de Andrea Tessa y Rolando Massardo.
Pero fue en 2008 cuando debió enfrentarse a una crisis considerable producto una contingencia a nivel de políticas educacionales que atentó contra su continuidad. La Jornada Escolar Completa, norma vigente a partir de 1998, imposibilitó que los niños que integraban la orquesta pudieran seguir con un ritmo sistemático de estudio de música paralelo a su propio trabajo de los programas escolares. La reducción de ensayos y declinación en la cantidad de conciertos se tradujo en una baja de rendimiento que tuvo a uno de los más interesantes proyectos de educación alternativa en puntos suspensivos sobre el final de la década.
Aún así, Mornhinweg y sus colaboradores continuaron la escalada formativa. La Conchalí Big Band recibió nuevos aires y una partida de solistas de la generación del paso a la década de 2010 reactivó el nivel de la orquesta. En 2014, la agrupación celebró sus veinte años de vida con la edición del disco XXI, que contenía obras dedicadas por el compositor y arreglador Emilio Bascuñán a la Conchalí Big Band, y sobre todo con el debut de la agrupación en el Teatro Municipal de Santiago, el 7 de noviembre de 2014, ocasión en la que actuaron como invitados figuras como Carmelo Bustos, Valentín Trujillo, Daniel Lencina, Roberto Lecaros, Christian Gálvez, Sebastián Jordán, y crooners como Rodrigo González, Consuelo Schuster y la rapera Ana Tijoux.
Tras las primeras dos décadas de acción, la Conchalí Big Band no solo consiguió introducir a unos 400 niños en la música, sino que en las seis generaciones que le dieron vida desde 1994, unos 50 se dedicaron profesionalmente a la música, y sus descendencia se puede verificar en las agrupaciones Santiago Downbeat, Mapocho Orquesta, Chinatown Ska o Brigida Orquesta.
Durante los tiempos más turbulentos de la crisis social y sanitaria que se precipitó a partir del 18 de octubre de 2019, mismo día la Conchalí Big Band celebraba sus 25 años con un concierto en el Teatro Municipal de Ñuñoa, donde también fueron invitados la agrupación de bronces de carnaval Banda Conmoción y el grupo de hip-hop Movimiento Original. Luego de esa celebración la orquesta entró en una crisis profunda, agravada por la pandemia, que la dejó sin funcionamiento ni financiamiento. Además, la partida del gestor y director Gerhard Mornhinweg a Valdivia profundizó la situación. Como un acto de resistencia, la orquesta se reorganizó para grabar el citado Kinich ahau, bajo la dirección del mismo Bascuñán, quien estrenó entonces nuevas piezas dedicadas, junto con una obra del trompetista Juan Pablo Salvo, uno de los músicos de la séptima generación de niños músicos de la Conchalí Big Band. (Iñigo Diaz)
Integrada por Boris Ortiz, Sebastián Abuter y Enzo Medel en los clarinetes; Guillermo Muñoz en contrabajo y Sebastián Aravena en guitarra, esta agrupación de jazz y swing reúne a tres generaciones en un ensamble único y sin precedentes en Chile. Estos, acompañados por una sólida sección rítmica, interpretan arreglos propios de canciones de jazz de los años 20, 30 y 40.
Con la intención de abrir nuevos espacios para la mujer en la música chilena, se crea el proyecto «Confluencia”, conformado por cuatro mujeres: Rosario, Clara, Olga y Bernardita, quienes se juntan para interpretar un repertorio de lenguaje ecléctico y novedoso. Este se destaca por la incorporación de estándares provenientes del jazz tradicional, combinados con temas originales tanto de las intérpretes como de otras colegas. Diversidad de estilos que confluyen en un lenguaje común. Sin duda, un proyecto interesante y entretenido de escuchar y ver.
Old Fashion Jazz Band (OFJB) es un grupo integrado por profesionales y estudiantes chilenos que se especializan en el Jazz Tradicional Estilo New Orleans (primigenio), interpretando diferentes temas según la usanza de fines del siglo XIX y comienzos del XX. El proyecto musical respeta la configuración instrumental y todas las partes de cada composición, incluyendo la introducción, estribillo (verse) y letras originales, que algunas bandas de jazz omiten. El repertorio preparado a la fecha alcanza casi un centenar de piezas.
Santiago Royal jazz band es una agrupación formada a principios de este año, el cual se centra en la interpretación del jazz tradicional. Tiene la particularidad de contar con la participación de gente joven, reuniendo a la nueva generación de músicos de jazz tradicional del país, quienes representan fielmente la vitalidad, energía y entusiasmo de las bandas más importantes de la New Orleans de los años 1920, sin dejar de lado la musicalidad y sonido característicos del género durante esta época.
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